La botana.
La suela o botana fué inventada en 1807 por el militar francés François Mingaud (Por eso también se le llama “Minga” en algunos países), Invento que fue revolucionario, pues permitió y facilitó las jugadas de retroceso, el corrido y los efectos laterales, en lo sucesivo asumiremos como nombre el de “Botana” que es el término más usado en México.
Dependiendo de las modalidades de juego, se usan diferentes diámetros de botana, que están en función del diámetro de la punta del taco de billar.
En la modalidad de 3 bandas, es usual un diámetro de 11 a 12 mm mientras que en la carambola libre, se usan de 11 mm o menos; enseguida se muestran las preferencias de algunos de los más relevantes jugadores.
Hay diferentes tipos y marcas de botanas que se pueden clasificar como blandas, medias (semi-blandas o semiduras) y duras.
Normalmente se usan de dureza media.
Marca
Úso de botanas por algunos jugadores de primer nivel mundial
Jugador
Dureza
Richard Bitalis Mori 11.4 Dura
Torbjom Blomdahl Mori 12 Media
Raymond Ceulemans Triangle 12 Media
Peter de Baker Mori 11.6 Media
Henk Habraken LePro 11 Media
Dick Jaspers Mori 11.7 Media
Eddy Lepens Mori 10.5 Media
Pedro Piedrabuena Mori 12 Media
Sang Lee Mori 12 Media
Semih Sayginer Mori 12 Media
Marco Zanetti Chandivert 12 Media
Jorge Theriaga Mori 12 Media
Diámetro
A.- Es demasiado baja y redondeada, es típico de una botana muy usada, no está mal del todo para jugar; el problema surge cuando se golpea fuerte pues puede dañarse la base de la virola y quebrarse.
B.- La altura es adecuada y redondeada, es frecuente en jugadores que imprimen mucho efecto lateral y provoca que se presenten pifias o ‘Chises’ si el jugador apunta demasiado a la orilla de la bola.
C.- Buena altura y curvatura, pero inadecuado que sobresalga del diámetro de la virola. Es posible que cuando se dé un golpe con mucho efecto, la botana salte ya que no tiene apoyo adecuado en la virola. Conforme se va usado la botana, ésta tiende a ensancharse, por lo que es recomendable recortar o lijar inmediatamente.
D.- Muy alta y cónica invertida (se abre hacia arriba), provoca un amortiguamiento del golpe, pues funciona como un muelle y absorbe mucha de la energía del golpe. También corre peligro de que se desprenda.
E.- Perfecta en alineación con la virola, pero muy alta. (Ver tipo D.).
F.- Excesivamente baja y puede dañarse la virola al golpear.
G.- Buena altura con sección cónica (se cierra hacia arriba), con el uso tenderá a ensancharse y evolucionar hacia un cilindro.
H.- Adecuada en curvatura y altura. Es importante que la parte de la botana que está más cerca de la virola sea una prolongación lineal de ésta. Si se observa la parte superior, tiene una curvatura suave disminuyendo el riesgo de pifia o ‘Chis’.
Es costumbre mojar con saliva levemente la pared de la botana y pasarle los dedos índice y pulgar para que se endurezca y que no se quiebre.
Hay accesorios que ayudan a conservar esta pared, uno es un sacapuntas especializado que hay que pasar suavemente para no sacar lascas grandes del lateral, el otro es un cilindro hueco donde se introduce la punta de la flecha, debe humedecerse previamente con saliva la pared de la botana.
Lo tradicional siempre ha sido un trozo de lija fina que se pasa suavemente por su parte rugosa contra la pared, después se humedece un poco ésta y se vuelve a pasar la lija pero por el reverso o parte lisa.
Tambien puede usarse un "Picador" que sirve para dar aspereza a la corona de la botana para que se fije mejor el cosmético tambien llamado tiza.
Con respecto al cambio de botana, le recomendamos acudir con un profesional reconocido, normalmente efectúan un buen trabajo a un precio razonable y los puede encontrar en cualquier buen centro de billar.
Sin embargo si usted es del tipo de persona autosuficiente, puede adquirir un equipo con lo necesario para efectuar ésta labor.
Le recomendamos adquirir de manera adicional un colocador de botana, que le garantizará y facilitará una adecuada colocación, un cúter, un ‘picador’ y un pegamento de contacto de acción rápida para emergencias.
Es obvio decir que hay que trabajar con cuidado para no dañar la virola, la base o la punta.
Hay que quitarla con una cuchilla bien afilada como las de tipo cúter.
Cuando quede una fina capa de suela (botana), hay que actuar con precaución.
Generalmente con un disolvente como la acetona (el limpiador de barniz de uñas de las mujeres) se suele quitar la última parte y dejar la virola completamente limpia de restos de botana y de pegamento.
El mejor pegamento es el de contacto y viene incluido en el equipo, algunos son de acción lenta y otros más rápidos.
Los de tipo ultra rápido no se recomiendan salvo en urgencias, ya que son adecuados para materiales que no van a vibrar, pero se pueden fracturar con los golpes del taco; además son más difíciles de limpiar después y casi siempre hay que terminar lijando la virola.
El de contacto es mucho mejor, es más elástico y soporta la vibración del taco.
No debe ponerse mucha cantidad para evitar que se forme un colchón grueso.
Lo normal es echar una pequeña cantidad en la botana y extenderlo bien en ella, procurando no salirse de los bordes, a continuación colocarla sobre la virola bien limpia y ponerlos en contacto girando unos pocos segundos para que la virola también adquiera algo de pegamento (procurar que esté bien extendido y evitar cúmulos), inmediatamente se vuelven a separar y se dejan unos 5 minutos (una buena prueba es tocar levemente con el dedo limpio la botana y observar que ésta no se adhiera al dedo). Unirla entonces con la virola (puede usar el colocador recomendado) y presionar bien, golpear si se quiere con un taco de madera o simplemente poner el taco perfectamente vertical con la botana hacia abajo y dejarlo botar contra el suelo varias veces, si no usó el colocador, terminar de corregir la botana para que esté bien alineada y repetir la presión.
Cuando esté bien alineada, se recomienda evitar su uso por lo menos dos días para que el pegamento cuaje por completo.
La acetona limpia muy bien este tipo de pegamentos y deja la virola completamente limpia y sin dañarla para la próxima botana que se quiera colocar.